A veces me iría con una lanza hasta el interior de tu cuerpo, y te clavaría una flecha hasta el corazón para sacarlo e intentar escucharlo.
O mejor, te llevaría hasta la arena de la playa más impresionante del mundo para ver si allí te sale de una vez gritar TE QUIERO, aunque sea al mar.
Jamás me olvido de que eres como una medusa, silencioso y brillante marino que se esconde porque no quiere ser atacado. Y antes que ello, matas con una horrible caricia de ataque.
Pero me quedo callado, y prefiero seguir soñando con dosmildieces y castillos de humo.
FELIZ NAVIDAD
(fotos: Laura Laine)
Feliz Navidad a ti tambien, Mario
ResponderEliminar