Chicos que conseguirían que me enamorara.
Botas que le pondría a mi peor enemiga.
Desfiles que consiguen decepcionarme.
Modelos que no son conscientes de lo ridiculas que están.
Ciudades a las que iría y no volvería a Madrid.
Cosas útiles.
Los habitantes de Madrid estos días.
Japonesas que tienen una página web de la cual no me cansaré ni después de muerto.
Ponytails que le haría todos los días a Icíar.
Cosas absurdas que en Blanco y Negro parecen hasta una fuente de inspiración.
Chicas que me inspiran ternura y ganas de comprarme las malditas creepers.
Actores con los que me casaría, y me daría hasta igual que fueran infieles.
Gente a la que envidio, entre otras cosas, por vivir en Nueva York.
Chicas que tienen blogs que empiezan a aburrirme.
Modelos que debieron quedarze en los 19 años de edad.
No, no son cosas que me hayan ayudado a superar mi día de NO San Valentín.
Gracias.
Quizás no hace falta que tengan el pelo largo para enamorarte
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