4/10/2012

Lana del Rey: Causas y consecuencias de un nuevo síndrome

El hecho de haber nacido es un augurio para la inmortalidad. Esta frase encierra en un 99,9% el singular caso de Lana del Rey. El otro pequeño porcentaje, es un secreto que seguramente sólo ella conozca -incluyo posibilidad de manager aquí-. No hay nadie que en tan sólo 6 meses haya conseguido crear un nuevo síndrome, sólo identificado en el ser humano cuando se trata de enfermedades terminales, especialmente la del amor platónico. Tras haber escuchado el primer álbum de Lana “Born To Die” y comprobar su magnificencia oscura y melancólica, los únicos que no se unan a la “religión Lana” están a punto de ser diagnosticados con el síndrome homónimo. Atención, éstos son las fases y síntomas del mismo (prescindimos de la ira por razones obvias):

1) Negación
Por mal que nos pese, éste bien podría ser aplicable a la interesada en cuestión. Por un lado, el yo inicial de Lana fallece el 2 de septiembre de 2010 cuando ésta acompaña a Juliette Lewis en una sesión para MTV Unplugged en Berlín para el grupo Mando Diao, el mismo que incluiría la versión de ambas en una edición especial CD/DVD a finales del mismo año. Es presentada oficialmente como Lana del Rey y es, por tanto, el fin de Lizzie Grant (que ya habría publicado un LP en 2009, retirado por sus productores de inmediato), y de su apellido alternativo “Del Ray”, entonado hasta la saciedad burlona por su enemigo público número 1, Hipster Runoff. Por otro lado, es justo su compañera de dueto la que en la paupérrima actuación de Lana en Saturday Night Live se encarga de negarla públicamente, tuiteando: “ver a esta ‘cantante’ es como ver a una niña de 12 años fingiendo que canta/interpreta”. Primera estocada para Lana.


2) Depresión
Un vocablo similar debió rondar la cabeza de Lana cuando le llovieron las críticas encarnizadas de aquellos que no querían contar con una nueva opción ante la relativa calma actual de la música pop (sí, la categorizamos aquí por ahora). Su cuestionable actuación en el late show americano Saturday Night Live regaló a los anteriores la fórmula perfecta para constatar la máxima que su advenedizas mentes llevaban pregonando desde antes de que Lana estrenara su primer LP, esa máxima que hablaba de Lana del Rey como el gran bluff anticipado de 2012. Lejos quedaban aquellas escenas pletóricas junto a Bradley Soileau en el primer videoclip superproducido de la americana del momento. Los views en Youtube ahora se trasladaban a la que Brian Williams bautizó como la “peor actuación de la historia de SNL”. A la estruendosa burla de los malditos bastardos se unía la acusación de plagio: su emblemático “Video Games” sonaba peligrosamente parecido al tema “Dromoi Pou Agapisa” de la cantante Eleni Vitali. ¿Se habría venido abajo la estrella más prejuzgada del indie? No tan rápido, hipsters y enemigos de lo nuevo.

3) Negociación
Es la hora de aceptar el talento a regañadientes, y de concederle una escucha a “Born To Die”. El previo otorgado por “Video Games” y “Blue Jeans” que sufragaban las composiciones propias de Lana, han dado paso a maravillas bucólicas como “Dark Paradise” y “Summertime Sadness”, los ejemplos gangsta de “Million Dollar Men”, “Lolita” o “Diet Mtn Diew”, y temas indivualistas como “Lucky Ones” o “Without You“, en los que su voz es el metrónomo que marca el tempo. El estreno de su álbum debut esta misma semana se dibuja paralelo al hype que la moda empieza a otorgarle -Dior en su Alta Costura y sus fiestas en Japón, Anna dello Russo adorándola en Milán- parece que mengua la tormenta de todos los que hasta ahora se alzaban detractores de la cantante de estudio (mucho más que de directo).

4) Aceptación
Podríamos ubicar a esta fase en proceso de construcción. Tras haber anunciado que reeditará su primer disco -disponible en Youtube- y estar recorriendo el globo -ahora mismo se encuentra en París promocionando su disco-, el camino de Lana empieza a fraguarse optimista. Se reconoce preocupada por la crisis del euro y el hundimiento económico, irónicamente de un modo mucho más enérgico que cuando le preguntan por el odio a destajo que provoca entre la multitud (la que la conoce, claro). Como siempre las barreras se derriban -si lo hacen- con el tiempo, y esperamos que a Lana aún le queden muchas batallas -de mayor envergadura que éstas- por fraguar.

Por Mario Ximénez
Originalmente publicado en Vanidad

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