4/10/2012

SALEM, ahora o nunca

Originalmente publicado en VANIDAD
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La electr ónica devenida a elementos sampleados, mezclados con ritmos hip-hoperos de ralentización degenerada y un imaginario esotérico y apocalíptico, tuvo su impacto meteórico sobre la tierra en Michigan. Para ser más exactos en Traverse City, una de las ciudades con más crepúsculo e incógnita de la bahía de Grand Traverse, situada en el lago homónimo de la región.
Desde 2005, como un grito al cielo respondido por los dioses, Michael Moore ayudó a crear el Festival de Cine de Traverse City, que resultaría siendo una cuna de cintas alternativas de críticas agradecidas y personajes en cuya lista se incluye la propia Madonna, que presentó en 2008 su film “I am because we are”. Pero mucho más allá del cine independiente, en un punto físico y mental de Traverse City que la mayoría de sus habitantes no se atreve a palpar, Heather conoció a John y ambos conocieron más tarde al pequeño Jack.

Los dos primeros, Heather Marlatt y John Holland, son mayores que el último, y se conocieron en Interlochen, una escuela de arte por cuyo prestigio las familias de ambos se decantaron y por cuyo prestigio ambos quedaron indiferentes. Finalmente, se mudaron a Chicago y conocieron a Jack, el individuo más atractivo de los tres y quien llevaría la rienda audiovisual de lo que ya comenzaba a fraguarse como la historia de un trío musical mágico, espeluznante y definitivamente distinto. Desde entonces, la historia de S∆LEM es escrita por seis manos audaces, desentendidas del espacio exterior y de los estereotipados conceptos musicales -por algo eluden cualquier amago exógeno de categorizarles musicalmente y niegan su pertenencia a adjetivos  del género electrónico alternativo como el shoegaze, el witch house, o el dubstep, hasta vocablos tan condescendientes como la espeluznante versión de un M83 al que han encarcelado con cadena perpetua-.

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En 2008 sale el primer EP del grupo con un título tan especial como Yes, I smoke crack, agotado en las pre-ventas y razón más que consistente para que la discográfica IAMSOUND fiche a ambos y produzca lo que será un primer álbum masterizado frío, desconcertante, atronador y extrañamente bello. El colofón es sin duda el tema King Night, que Riccardo Tisci usa para el desfile Primavera-Verano 2011 de Givenchy y que suscita el interés de más gente de la que Salem esperaba.

Quizá sea este tema la punta de un iceberg, la parte más visible de un proyecto que tiene demasiado porcentaje de oscuro y que ahonda en la búsqueda de lo peor de nosotros. Que no es amable, que no pretende agradar y que si lo hace, un halo de misterio y dejadez deja aparentar que ellos son ajenos a todo lo que ocurra más allá de su(s) cabeza(s). Aún así, el trío de Michigan vuelve ahora a reírse de aquello que aún no había hecho y versiona el temazo noventero de Alice Deejay, Better Off Alone, en su nuevo EP I’m still in the night (compuesto por 4 canciones que no cambian las tornas, pero tampoco decepcionan).

Si ya habían dado el paso triunfal hacia el mainstream con King Night, establecer como vídeo oficial una imagen distorsianada de Gisele Bündchen escapando de una jauría de paparazzis durante siete repetitivos minutos, ha provocado que la gente empiece a buscar como loca quién es Salem, por qué están aquí y qué narices nos quieren decir. Si algunos creían que era un (anti)fenómeno efímero que se iría por donde había venido, su respuesta ha dejado claro que se trata de todo lo contrario.

Por Mario Ximénez
Primer vídeo musical de SALEM, “Dirt”
La encarnación de la fama como antifenómero, “Better Off Alone”
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El súper hit que hizo llegar a las alturas del mainstream, “King Night”
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John graba a Jack, Jack graba a Heather. Es “Asia”
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La ralentización llevada al extremo, el pop en menesteres del oscurantismo, “´Till the world ends”
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