Tras plantear esta pregunta en nuestra redacción, a cada uno de nuestros amigos y a la población web en general, nos hemos encontrado con frases tan dispares como “es la nueva chica it del indie”, “es una barbie operada sin talento”, o “es el futuro factible de un movimiento que estaba a punto de echar el cierre”. Para concretar un poco más, y en definitiva, el caso de Lana del Rey es un misterio que tiene más marketing detrás que cualquier otra cosa, pero que ha conseguido alzarse como estandarte controvertido de un ‘nuevo’ indie, o quizá no tanto.
Lana, o mejor dicho Elizabeth Grant, nace hace 25 años en un pueblo llamado Lake Placid, con menos de 2.000 habitantes censados, a tan sólo 460 km del gigante Nueva York. Su vida en la gran manzana comenzaba temprana y prometedora a los 15 y Lana Turner, el icono sexual de los años 40, funcionó a la perfección como su icono de alcance a largo plazo. En 2009 publicó el primer esbozo de su carrera, “Kill kill“, como Lizzie Grant, del que obviamente ya no tenemos pista ni huella alguna debido al perfecto olfato de abogados y managers que metieron sus garras en el asunto.
Es por ellos por los que, probablemente, el nombre de Lana del Rey empieza a extenderse como un chicle y a crecer como la espuma. Todos los blogs más hipsters de Nueva York empiezan a hacerse eco de la nueva chica “it”, hasta que la noticia llega a oídos de Carles, el jefe del cotarro alternativo en Estados Unidos y dueño de Hipster Runoff, que no tarda demasiado en ponerla por los suelos. Pero el ritmo de Lana ya es imparable, saca su primer EP compuesto por “Blue Jeans” y “Video Games” y este último tema alcanza el top 5 de ventas en iTunes en tan sólo unas HORAS.
¿Qué gusta tanto de Lana? ¿Qué molesta? Al planteártelo se te vienen a la cabeza respuestas asociadas en muchos casos a otras compañeras de género: Lana nunca saldrá de casa con el pelo como Zola Jesus, es bastante más guapa y más perfecta fisícamente (a base de ‘bien’, suponemos) que Lykke Li, y no la imaginamos vestida como Bethany Constantino de Best Coast. Además posee una voz diferente a todas ellas, que intencionadamente o no, tiene un deje calmado y rasgado con cierto aire antiguo, porqué no, de los años 40, como su icono estético Lana Turner.
No abusa del dubstep, no tiene aspiraciones de méritos por innovación y sin embargo Bombay Bicycle Club ya la ha versionado y el jefazo del witch house, Balam Acab, ya ha remixeado su primer tema. Su retro-sexy look ha conquistado e irritado por partes iguales, y quizá ese haya sido el elemento clave de su éxito. A pesar de que sea un poco pronto para hacer un balance de cómo Lana y su sonido perdurarán en el tiempo y en la música, la hipnosis ha hecho efecto, y ella sigue subiendo.
Por Mario Ximénez
